Más de 20 años que el "Maschinen Bau" (ingeniería mecánica) lleva fabricando en el norte de Alemania, en la entrañable factoría de la granja, de la pequeña localidad de Lübbrechtsen, los míticos cuadros de la firma NICOLAI.
Un pequeño oasis en territorio europeo, en el que aun mantienen la construcción artesanal a gran escala, fuera del "gran territorio
asiático". Pese haber quien le cueste creer en esto, así de cierto, tal como constatamos, y lejano a la tónica general de las "grandes marcas".
Llegamos
a esa antigua granja , nada más salimos de la furgoneta, ya se
oía ese peculiar zumbido de las fresadoras contra el aluminio y el olor a
taladrina...
Marcel salió a recibirnos. Uno de los ingenieros que diseña estas robustas joyas
de aluminio, y con quien nos habíamos citado e iba a ser nuestro guía en esta
visita.
Accedimos a su oficina. El lugar de culto donde se
engendran estas máquinas. "...Aquí es donde se desarrolla toda la
concepción" nos comentaba, "..Tanto los modelos standard que se encuentran en
el catálogo para producción en serie, como los que se realizan a medida.."
Y
es que históricamente Nicolai, principalmente siempre ha sido
reconocida por la capacidad de fabricar cualquier geometría para los
cuadros (dentro de las posibilidades técnicas claro) , cuadros a medida
customizados.
No
solo eso, llevan en sus venas el involucrarse en proyectos innovadores
que han ido madurando a lo largo del tiempo y están viendo la luz en las
últimas temporadas. Tales como las correas de transmisión Gates carbon drive,
sistemas de transmisión integrada en cajas de cambio, como fueron sus
primeras "Nucleon", o más recientemente apoyando desde el principio
proyectos como el de la caja de engranajes Pinion, que estará prácticamente disponible como opción en todos sus modelos del 2016, incluida la ION16 GPI , que era la excepción hasta la fecha.
Una breve introducción sobre todas tareas que se desempeñan en esa pequeña oficina, control de la producción, recepción de pedidos, comerciales , etc.. y a continuación bajamos a dar un rodeo por la parte más técnica, donde el aluminio en bruto se transforma en bicicleta.
Sala de máquinas, a pleno rendimiento.
Hasta
seis grandes centros de mecanizado llegamos a contar. Trabajando a
destajo para extraer de bloques de aluminio, lo que son las partes que
formarán el cuadro de la bici.
Así es, todo soldadura artesanal, aquí solo interviene la mano del operario. El maestro soldador , que lleva con ellos desde siempre. A él se deben esas buenas uniones.
A media que el cuadro se va conformando, se acomoda en un soporte o caballete. En este se agrupan todas las piezas para el montaje y soldadura del triángulo trasero.
Marcel no quería olvidarse de enseñarnos todos los detalles del proceso, tal como describen en su último catálogo 2016.
Pudimos comprobar , como los cuadros iban avanzando por la fábrica y tomaban forma.
Tras
la soldadura de todo el cuadro, estos pasan a una especie de "SPA".
Etapa donde se corrigen las desalineaciones y se le da la dureza al
aluminio. Un largo proceso también, como si fuera el templado y afilado
de una espada, para que todo él forme una sólida , dura y robusta unidad.
Una
vez pintados o anodizados los cuadros, pasan a una sala contigua, donde
hay maquinaria un tanto más manual, que los modernos centros de mecanizado CNC.
Hay
que decir que el pintado también se hace en la misma fábrica (granja) ,
en un pequeño cobertizo habilitado en el patio de la misma. Así que
todo queda en casa.
"En
este último taller, y con maquinaria más pequeña, se preparan los
asientos de rodamientos, puntos de giro, etc,... para que todo encaje
perfectamente y con tolerancias muy precisas.".
Marcel nos comenta, como año tras año van mejorando todas y cada una de
las herramientas y se esfuerzan por hacer todo de una manera simple pero
que de unos resultados increíbles.
Muestra de ello son los impresionantes acabados y mejoras estéticas que sus cuadros presentan ya desde el 2014.
Son unos artistas del aluminio.
Entre
la sala de máquinas principal y este taller, hay una pequeña
habitación, donde se hace el ensamblaje final del cuadro, y los
componentes, si los llevara.
A partir de aquí, se inspecciona todos y cada uno de los cuadros y pasa al embalaje, desde donde ya se envía al los distribuidores.
El tiempo se pasó volando, y atentos a todo lo que nuestras mentes pudieran absorber de este interesantísimo paseo por la fábrica de NICOLAI, llegamos al final del recorrido.
Marcel y yo charlamos un rato más, sobre algunos detalles del proceso de fabricación.
A día de hoy, (le recalcaba), es de felicitar que una empresa de construcción artesanal a gran escala y fuera del "gran territorio asiático", siga pudiendo ofrecernos cuadros de semejante calidad a un precio asequible para lo que son: Únicas y verdaderas máquinas de dos ruedas.
Así es pues la factoría de NICOLAI, donde cada uno de sus cuadros es mimado hasta en el más mínimo detalle, desde el diseño hasta el último tornillo que se monta en el mismo, sin dejar de lado nunca la tradicional fabricación artesanal como en sus orígenes.
Lejos
de la tónica general de las "otras grandes marcas", y fieles a su
propio criterio, todo hecho íntegramente en esta pequeña factoría
Alemana.
* * *